La niña del viejo arpa

Parecia perdida, insatisfecha, vacía, como si eterna e incansablemente buscará algo, algo que no estuvo aquí ayer, que no está hoy, y sabe que no estará mañana.
Algo que nunca tuvo, como una niña busca una muñeca que se lê nego en Navidad.
Algo que perdió, quizá? Un pajarito que voló, un amor que se fugó, una flor que marchitó?
Algo prometido que nunca tuvo? Un hogar? La nieve de invierno? Felicidad? El sol de otoño quizá?
Buscaba y buscaba sin parar, día trás día, bajo el sonido del viejo arpa, de aquella polvorienta habitación, y cuando ya no hubo rincón en la ciudad para buscar, se marchó.
La vi una tarde en un pueblito lejano, tocando el arpa en una plaza, buscando con sus dedos largos entre las cuerdas, como si intentara arrancar de ellas las respuestas, como si a cada nota Le exigiera una verdad, una razón, a la vida, a la muerte al amor, al vacío, al olvido...
Qué era aquello que esa chica buscaba?
Algo que dejó olvidado en un hotel? Un café que se enfrió? Una lágrima sin nombre, ni mar donde derramar?
Sus ojos recorrían la plaza y sus manos jalaban las cuerdas como si fueran extensiones de sus dedos, y la niña buscaba, preguntaba, exigía... Respuestas quizás? O exigia un lugar? Una melodía?
Quizá tan incansablemente buscó que ya lo olvidó.
Quizá tan eterna fue tu búsqueda porque en este mundo lo que busca aún no ha nacido?
Dime niña del viejo arpa, qué es aquello que tanto se esmera en esconderse de ti?
Qué es aquello que eterna e incansablemente buscas?
Y podría acaso ser, que ni aún tú, supieras qué es?


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