Mi Pandora

Y así se iba mi Pandora, dejando en mi solo esperanza, un amor roto y un par de tequilas sin terminar.
Esa madrugada se fue, dejando mi cuarto vacío, sin su risa, sin su voz, los libros eran ahora solo viejas hojas llenas de polvo.
Que haré ahora, cuando mi reloj marque las 11.11?
"No puedes prenderme en un minuto al que no pertenezco" me respondió antes de cerrar la puerta a sus espaldas, dejando servida la tercera ronda de tequilas.
"La vida es así, los numeros cambian, no puedes tomar siempre tres tequilas" habia dicho aquella noche

"Me recuerdas al mito de Pandora" le había dicho yo tiempo atrás, ¿cómo imaginaria que yo sería Prometeo? ¿qué fuego había robado yo a los dioses para que me castigaran?

Pero los minutos habían cambiado, ya no tomaba tequila y la ciudad era otra.
¿qué tan cruel podía ser él juego de la vida?
Yo ya no contaba numeros impares ni esperaba horas iguales.
"La vida es así, Prometeo" me dije mientras caminaba por él parque, "los números cambian y no puedes comer siempre tres tostadas con el café."
Levante la vista y mi Pandora estaba allí, del otro lado de la plaza, sentada en el césped, con su cabello volando al viento, escuchando los pájaros cantar y mi reloj marcaba las 11.11 de un miércoles 3 en primavera.


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