Todo
comenzó con unos vasos de vodka, una charla con viejos amigos y un bar...
Entonces Ella
apareció. Era nueva en La ciudad, uno que aún no conocía, no me imaginaba
que pronto La conocería de La forma menos pensada.
Esa misma
noche se me presento, invadió nuestra ronda y parada en el medio me extendió la
mano y me dijo su nombre luego, sin más, se fue. Debo admitir que en su momento
no sabía muy bien quién estaba jugando, si ella conmigo o yo con ella.
No tardé más
que unas horas en darme cuenta que yo era quien estaba jugando, pero esta vez
era diferente, no quería estarlo, parecía ser inevitable, parecía ya algo
arraigado en mi, mis gestos, mis palabras, todo parecía provocado y no quería estar
haciéndolo.
Terminó esa
noche con un departamento, el dueño, un amigo al que el alcohol venció y
nosotras…
Mi siguiente
noche comenzó con una fiesta. La de ella, esperándome en el mismo punto de la
noche anterior y terminó con un gran drama por sms. La verdad es que no estoy
segura como fue, pero mi juguete se volvió jugador, y yo en aquel momento tenía
poca paciencia con estas cosas, no estaba acostumbrada a desear a uno
realmente, pero ella era diferente.
No la
amaba, solo que parecia tan perfecta, su único defecto era querer lo único que no podía
darle, lo único que tenía que había podido conquistar en cada derrota, ella quería
mi libertad, era un ser posesivo, y yo libre.
La última
vez que la vi, me odiaba, ya casi no me saludaba, ya no me hablaba y en su
momento poco y nada me importo, tarde años en darme cuenta que sería hasta el
día de hoy la mujer más perfecta que había conocido en el momento más
equivocado de mi vida, pero ya era tarde, poco tiempo después ella se marchó y
nunca más la vi, solo quedó en mis recuerdos como una mujer casi perfecta en mi vida a la
cual jamás amé...
Comentarios
Publicar un comentario