“Y su vida
era solo eso al final, las heridas que de sus alas de cada vuelo interrumpido”
Sus
recuerdos inventados la hacían sonreír con aquellas melodías, y por algún
momento hasta parecía real.
Pero ella
solo era el demonio de las noches olvidadas y muy en su interior coleccionaba en un
baúl tristes recuerdos y frías lágrimas que cubría y protegía con falsas
alegrías.
Así iba,
cargando con olvidos ajenos en aquel baúl sin fondo donde debería estar su
corazón, aquel corazón que nunca vivió, que le arrebataron de tan pequeña como
juguete para los niños más grandes.
Ahora ella
se dedicaba a jugar con los corazones y por más que intentaran voltearle el
juego en su contra, era inútil, lo único que tenía dentro de aquel frio pecho,
era un baúl lleno de olvidados dolores sin dueños o culpables…
O al menos eso es lo que me gusta imaginar de Ella...
O al menos eso es lo que me gusta imaginar de Ella...
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