Yo Jamás Seré...

Cierta vez, no recuerdo muy bien en que exacto momento fue, creí que podría contra cualquier cosa. Y es que iluso y tonto había sido siempre, pero yo? Solo? Contra todo? No, esto superaba cualquier impulso de idiotez que ya haya tenido en alguna parte de esta larga historia de pocos años, y el precio? Convertirme en lo que siempre había odiado, ser el reflejo de mis frustraciones ocultas, ser lo que jamás fui por el simple hecho de haber perdido, por descubrir algo contra lo que yo no podía.
Es que yo no era ningún tipo de dios, y no contaba con ninguno de ellos de mi lado. Ellos contaban con mi cansancio a su favor y me vencieron porque no conté hasta mil las veces necesarias, porque no tome suficiente aire para exhalar todo el odio, porque dejé de reírme de sus intentos… me vencieron porque me dejé vencer.
Acumulando decepciones y heridas mal sanadas, llegué a aquella ciudad, si, a aquella misma que en un tiempo había dicho que jamás viviría y cual habría sido mi sorpresa al ver que su encanto de cierta forma consiguió hechizarme a mí también, aunque más no haya sido solo una ilusión que, más temprano que tarde, terminó, pero ya era tarde para volver atrás. La vida parecía arreglárselas para joderme las ideologías del nunca, no era la primera vez y no me atrevería a creer que sería la última.
Me estaba volviendo a levantar de otra caída, tal vez la peor de todas, la mayor traición que había sufrido en su momento y hasta el que escribo, y cuando quise darme cuenta era una más de ellos, una más de aquellas personas frustradas que se desquitan con la vida por no haber sido lo suficientemente buenos para conseguirse una mejor.
Yo a diferencia de ellos tenía casi todo a mi favor para cambiar la situación, me lo decía diariamente, sin mover ni un dedo por cambiarla y no sé si me asustaba más la situación o ver el tiempo que ya llevaba en este lugar y ver que no podría irme de un momento al otro, ver que seguiría siendo aquel ser por más tiempo del que quisiera.
Y así debí conformarme con ser ese horrible fantasma de otra ideología del nunca que la vida se encargo de destruir, luchando conmigo contra mí…

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