El Rosal...

-“escribe algo sobre tu vida, algo sobre ti, cuenta sobre quién fuiste” me había dicho aquella mañana por twitter
-“cuéntame sobre quién eres, por qué lo eres, cuéntame sobre tu infancia.” Continuó al ver mi confusión.
Infancia? creo que se refería aquella época que la gente recuerda con nostalgia, en la que no existía problemas. Creo que quería que le dijera que vivía en una bonita y acogedora casa, con una linda familia y llena de niños correteando con cometas por la plaza de la esquina.
Bueno, no es que yo fuera a decirle que había tenido la infancia mas terrible del mundo, recordaba a la perfección los juegos, las risas y el rosal con el que aprendí el dolor que causan las espinas (quien diría que yo sería hoy ese rosal) pero esos recuerdos acababan rapidos para ser sustituidos por los gritos y las escenas de una familia rota.
Creo que quería definir qué de todo lo que escribo es real, creo que quería que le dijera algo que estaba escondido más allá de aquellos fantasmas superficiales sobre los que ella solía leer.
Creí por algún segundo ver bajo aquellas letras una sombra que quería asomarse.
Creí notar sus ganas de saber quién era Ella, a quien dedicaba escritos, viajes y tristezas, músicas, libros e insomnios.

Creí verla a Ella querer asomarse de nuevo a reclamarme su entierro entre recuerdos y me acobardé, tuve miedo que la viera, fingí no comprenderla y le conté sobre aquel rosal.

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