Quién se
esconde atrás del traje? de aquella camisa impecablemente blanca? de aquel
cabello recogido y lleno de gel?
Eres joven
y ves a la gente usando ropa formal, se ven tan incómodos trajeados de negro y
blanco, se ven tan aburridos y arrogantes, como si nunca hubiera habido una
vida detrás de ese traje.
No lo entendí
hasta que tuve que ser yo la que esté trajeada como pingüino, con mi impecable
camisa blanca, sin mis accesorios y sin maquillaje, que bajo ese traje puede
esconderse cualquier persona.
No es que
yo hubiera nacido en cuna una de oro y nunca haya precisado uno para trabajar,
pero usualmente trabajaba en lugares que no me exigían uniformes y si lo hacían,
era visiblemente el uniforme de una empresa.
No trabajaba
de borceguís y labial negro, pero usaba mi collar, mis anillos y alguna que
otra pulsera en ocasiones. No trabaja con auriculares y el cabello alborotado,
pero aun se notaba que bajo el uniforme vivía una persona.
Sin embargo
hasta que no caminé por la calle entre abogados y vendedores, entre
administradores y dueños, viéndonos todos con la misma formalidad, como si fuéramos
todos iguales, jamás me fijé quien había detrás de los pingüinos que vemos día
a día ir tan apurados sin detenerse a observar nada, siempre sin tiempo.
No fue sino
hasta notar como la gente pensaba que tenia los mismo gustos que ellos, las
mismas ideas y de joven había hecho las mismas cosas que no noté cuantos
podíamos estar escondidos bajo aquella formalidad obligatoria para sobrevivir
en este mundo.
Y en cuanto
la gente se admiraba al verme sin aquel disfraz, mientras se extrañaban de
verme con mi visual normal, con mis rarezas, yo los observaba intentado definir
quien vive realmente detrás de aquel abogado que jamás sonríe, detrás de aquel
escribano que camina haciendo cuentas, detrás de los vendedores que corren
mientras toman un café.
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