Marmol

-perdón, no puedo controlar todas mis emociones, soy humano, no un bloque de mármol racional – me dijo, áspero ante mi falta de comentarios
-gracias- respondí calmamente, puse en marcha la moto y me fui, después de todo lo que había elegido contarme para conversar la noche y su áspera respuesta ante mi falta de reacción comprendí que no habría cerveza, ni música, ni largas charlas esa noche, porque de todos los asuntos posibles, había elegido hablar de sentimientos, había elegido debatir sobre que yo era un bloque de mármol guiado aparentemente a fuerza de razón.
Qué podría yo debatir sobre este asunto? La verdad era que no teníamos nada sobre qué debatir esa noche, tenía razón éramos un pedazo de mármol y un raro enmarañado de sentimientos.
Qué esperaba que yo opinara, no sabía si quiera lidiar con mis propios sentimientos(?), quién diría lo que podría pasar si intentara lidiar con los de alguien más. Me solía decir que parecía que cualquier cosa que escapase a mi razón o control parecía impensable en mi vida.
Esa noche la cerveza se calentó en el vaso, y no hubo música, ni debates, ni filosofías…

Mejor dicho, ni esa ni ninguna otra noche volvimos a debatir sobre algo.


Comentarios