-Por qué
siempre sales sola? - Me preguntó.
Él siempre
tan lleno de amigos y grupos con los que salir, conociendo gente en grupo ¿cómo
podría explicarle la magia de conocer a alguien inesperadamente, sin avisos
previos, sin “tráileres”, sin planes.
¿cómo hacerle
entender la diversión de estar sentado a mita de una botella y encontrar nuevos
mundos, nuevos ojos con una nueva visión de la vida?
La magia de
estar viajando y encontrate con nuevas historias, con nuevos miedos, con otros
deseos…
Le pedí que
esa noche me encontrara en un bar a las afueras, yo lo estaría esperando. Lo
observé llegar, pedir una cerveza y esperarme en la barra. No pasó mucho tiempo
hasta que un señor sentado a su lado comenzó a conversar con él. Me senté a su
lado en silencio, demoró un momento a darse cuenta que yo estaba allí,
esperando.
De vez en
cuando lo encuentro en algún bar en alguna plaza a mitad de un refresco, me
saluda y continúa buscando nuevos mundos. A veces sentamos a mostrarnos los
mundos diferentes que hemos ido coleccionando a lo largo de las carreteras.
Ayer lo ví
en un parque con una mochila a sus pies, solo, conpartimos un refresco y
seguimos nuestro camino.
“gracias”
fue todo lo que me dijo antes de desaparecer a la vuelta de la esquina.
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