El viento
comenzaba a soplar, cada vez más fuerte, haciendo que los pétalos de mis flores
comenzaran a volar.
Oí los
truenos acercándose y las gotas empezaban a caer sobre mi, cada vez con más
furia, lavando e inundándolo todo a su paso.
Entonces apareciste
bajo la lluvia y los truenos, tu cabello, ya crecido, ahora goteaba agua fría
sobre los pétalos caídos en mi jardín.
Una sombra
de arrepentimiento pasaba por tus ojos mientras observabas el hermoso jardín
que había cultivado lejos de ti y tu afán de pisar mis pequeños retoños. Pero
ya era tarde, tu arrepentimiento no ablandaba mi mirada, ya no tocarías mis
retoños, las hojas y pétalos de mi jardín volaban libres, lejos de tu crueldad.
Ya había
sido solo la niña solo jugando en el jardín para ti, jamás llegaría a perfecta,
siquiera a tener mi propio jardín, jamás llegaría de ser suficiente habías
dicho, pero hoy mi jardín era demasiado
perfecto para ti.
Soportaba
inviernos casi eternos y lluvias intensas, sus hojas se caían y sus pétalos se
marchitaban, pero siempre florecían con el amanecer, siempre mantenía una
hojita verde y una florcita sonriente.
Quizás yo
fui solo una mala jardinera, una niña jugando entre las flores de primavera,
pero el tiempo había cambiado, las ciudades habían cambiado, las estaciones
habían cambiado y no todos tiene un jardín florido en el largo y cruel
invierno, hoy mi jardín era demasiado perfecto para ti.
Los tiempos
habían cambiado y bajo la tormenta
observabas mi jardín, pero aquí ya todo era demasiado perfecto para ti.
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