Un Cafe (yo y... vos?)

A pedido de Lady Pendragon...



Todo comenzaba igual que siempre: un café, un lápiz y un papel.

¿Qué podría decir? Cada uno tiene sus métodos: musas, vodka, cigarros. en lo personal debo decir que siempre preferí el café, ¿Por qué? No lo sé realmente.

Quizás por mi manía de sorberlo de a poco, con los ojos cerrados, como cuando tus manos recorren cada poro de mi piel.

Quizás porque su calor al tocar mis labios, me recuerda la diferencia de temperatura de nuestros cuerpos, Tú siempre tan cálida, ¿y yo? Bueno, yo nací en la nieve, ¿qué más pides de mí?
Quizás porque su sabor amargo, fuerte y adictivo podría simbolizar esta pasión sin amor.
Quizás porque una de las tantas cosas a las que se puede comparar el café es a nosotros tal vez porque duramos lo mismo que un café.
De cualquier forma, allí estaba yo, sentada en aquel avión, aun saboreando nuestro café, el de algunas horas atrás, el que te daba insomnio y desordenaba tu vida por un par de días, antes de volver a desaparecer.
Aquí estaba yo, tranquila de nuevo en un avión, mientras tú volvías a planear no volverme a ver jamás, y quizás cambiar el café por otra infusión, quizás un poco de té, quizás una cerveza o un licuado…
Pero descuida, esta vez prometo no molestarte…
…Al menos hasta encontrarte en otro viaje

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