Mona Lisa

Cargaba dentro de sí una tristeza inmensa, un dolor que no importaba cuánto te contara sobre el pasado, resultaba siempre incomprensible, una tristeza que no tenía explicación, sin embargo, justo al lado de esa enorme melancolía, existía una mágia invencible, una fuerza capaz de cargar universos enteros, una sonrisa que podía iluminar todos los caminos...

había dentro de sí una profunda tristeza, como si el dolor del mundo se hubiera acumulado dentro suyo por cientos de años, y había, aún así, un amor a la vida que parecía incompatible con su inacabablemelancolía...

Caragaba en su mirada un enorme dolor, como si cumpliera una penitencia eterna, dos pequeñas joyas que brillaban tenuemente con el dolor que el mundo había presenciado durante largos siglos y, aún así, existía junto a ese dolor todo, una fuerza invencible, una incomparable voluntad de vivir, las ganas de devorarse el mundo a enormes bocanadas.

Había, allí, junto a toda esa tristeza enorme e inexplicable, junto a ese dolor, quizas por la vida, quizas por el mundo; había, allí, junto a esa profunda soledad y melancolía, una mágia inexplicable, una fuerza invencible, una sonrisa capaz de alumbrar universos enteros...